El calendario de carreras de trail tiene como gran fecha inicial el Osde Cruce Tandilia. Desde hace unos años, los corredores amantes de las carreras de aventura se dan cita en la ciudad de Tandil para enfrentarse a una carrera que ofrece todos los niveles posibles de complejidad para empezar a mover el cuerpo de los atletas. Hay varios motivos por los cuales esta carrera vale la pena y sin duda eso explica su crecimiento permanente. Sus organizadores, Charly Centineo y Marcelo Palahi, se han destacado por tomar nota de todo lo vivido en cada edición y también saben observar las necesidades de los corredores y sus deseos a la hora de competir.
Enero es un mes complicado por la temperatura en Argentina. Tandil puede alcanzar –como ya ha ocurrido- una temperatura de 35 grados. Debido a esto los organizadores se encargan de instruir a los corredores acerca de la necesidad de una buena hidratación. A su vez, la carrera posee una gran cantidad de puestos para que a nadie le falte agua. Pero no se debe depender de esto último. Los corredores deben salir con mochila hidratadora y al menos una botella de Gatorade. No todos los corredores son iguales y más de uno ha corrido sin mochila. Lo que por un lado le da ventaja deportiva y por el otro lo expone a un riesgo innecesario. Así que cualquiera que corra esta carrera, debe saber que la hidratación es una de las claves. Dicho esto, el 2016 fue el año en que menos calor hizo, por lo que todos los que ya corrimos disfrutamos un poco de una temperatura “baja” de 25 grados.
El Osde Cruce Tandilia se corre en un fin de semana. Se pueden elegir diferentes distancias divididas en dos partes. 21, 42 y, a partir de este año, 60. La mayoría de los que usa esta carrera como prólogo del Cruce de Los Andes elige los dos días de 21 Km para completar los 42 Km. Los nuevos pueden optar por el 21 Km dividido en dos días y los realmente novatos tienen la opción de correr tan solo 10 Km en un único día de carrera. También hay un running kids, algo que ayuda a ir forjando nuevos corredores. Todas estas distancias conviven y este año se vio un trabajo impecable de señalización para que nadie se equivoque o se pierda.
El primer día se corre a las 17 hs (lo que hace necesario que los más lentos de los 60 Km lleven linterna) y el segundo día a las 10 de la mañana. No es un desafío menor. Para muchos corredores llegar el viernes es imposible, pero para todos aquellos que puedan llegar el viernes, les aconsejo que lo hagan. Llegar el sábado genera estrés, amontonamiento en la acreditación, problemas para almorzar relajados y otros detalles vinculados con la falta de tiempo. Llegar el viernes, aunque sea a las 19 o 20 hs asegura una cena tranquila y un descanso adecuado. En Tandil hay muchos lugares donde alojarse y donde comer, pero no todos son igualmente buenos. Una buena planificación también ayuda. Los más aventureros pueden incluso ir de campamento.
El Osde Cruce Tandilia tiene una gran combinación de senderos para correr con algunas trepadas, varias subidas que se hacen sentir y algunas bajadas muy técnicas que sin duda son lo más divertido para los corredores experimentados. Correr en Tandil no es un juego, las piedras son duras. En general los corredores adquieren osadía junto con experiencia, así que más allá de las caídas, todos llegan a destino sin mayores inconvenientes. Es una carrera muy divertida, sin duda alguna. Y correr por las sierras no es correr por la montaña. Los que aun no tienen experiencia en el trail running pueden foguearse aquí. Yo no aconsejaría usar bastones, más allá de algún caso puntual. La trepada nunca es tan larga ni pronunciada como para justificar eso.
Por cuarta vez yo corrí la distancia de 42 Km en dos días en categoría equipo mixtos. La primera vez había corrido con Demelza North, también compañera de dos Cruces de Los Andes, la segunda con Roxy Lescano y la tercera y esta cuarta con María Paula Ren. Correr en equipo es un placer extra y requiere un entrenamiento particular. No tanto físico como psicológico. Quienes busque correr el Cruce de Los Andes, El origen o el Raid de Los Andes deberían probar su trabajo en equipo en una carrera como el Cruce Tandilia.
Muchos corredores se preguntan cómo podrían correr dos días seguidos. Muchos se sorprenden cuando lo logran. Si se han entrenado para eso, no debería sorprenderles en lo más mínimo. Pero hay que cuidarse. Al final de la primera jornada hay que hidratarse, comer algo y elongar. Volver al hotel rápido y cenar. Si se sienten bien pueden esperar a los amigos y quedarse un rato en el lugar. Pero el Cruce Tandilia tiene mucho público, así que ningún corredor se siente nunca solo. Y ese es uno de los grandes logros de esta carrera: poder generar una mística donde todos se sientan invitados a quedarse en la largada y la llegada alentando a los corredores.
En el polideportivo de Tandil la carrera sale desde la pista de atletismo y vuelve a entrar por el mismo lugar. Toda la zona es muy amable con los corredores. Hay para comer y tomar, hay muchos espacios donde se puede esperar a los corredores y cuando estos llegan también se pueden quedar en el lugar. Esto termina de darle un marco de fiesta a la carrera en la que conviven corredores de todas las clases. Muchos corredores también llegan, se van al hotel a bañarse y luego regresan para compartir el post carrera.
Con respecto a los diferentes tipos de corredores y distancias todo se desarrolló con total tranquilidad. Aun así, siempre es importante recordar que los corredores más lentos (siempre hay alguien más rápido que nosotros, no es peyorativo el uso de la expresión) deben estar muy atentos a los más rápidos. Hay un par de momentos en la carrera en la cual las distancias se vuelven a cruzar y velocidades y búsquedas muy diferentes se encuentran. Los corredores que vienen rápido suelen pedir “Izquierda!” para pasar. Si lo hacen gritando no es por mala educación, sino para asegurarse que los escuchen. Izquierda significa que debemos dejar nuestra izquierda libre porque por allí van a pasarnos. Cuando escuchamos izquierda buscamos lo más rápido posible la posibilidad de corrernos para que pasen. Casi todos los corredores lo saben y casi todos los corredores dan el paso con respeto, entendiendo que lo que se juegan los corredores rápidos es algo distinto. Por eso, y como único reclamo, hay que decir que no se debe correr con auriculares escuchando música. Es peligroso hacerlo.
6ta edición de una carrera que yo corrí cuatro veces, creo que mi mejor elogio es decir que volví varias veces para ser parte. Las cuatro veces me subí al podio –como muchos otros, claro- y en mi quinta carrera junto a María Paula Ren también obtuvimos nuestro quinto podio. En este caso, un segundo puesto. También estaba mi running team CorrerAyuda y mi entrenador Marcelo Perotti también fue parte y también subió al podio. Es lindo recibir esos estímulos, siempre. Como nota final debo decir que cuando estaba en el podio vi a Perotti subir en brazos a su hija Julieta. Ahí, en entre la gente, la bebé se elevaba por encima de todos. Como siempre digo y como siempre intento explicarle a los demás, el running es mucho más que carreras. Me emocionó verla, porque mientras corremos carreras y viajamos a vivir estas experiencias, la vida va pasando. Esos momentos son nuestra vida. El año que viene volveré al Cruce Tandilia, por supuesto. Felicitaciones a todos los que formaron parte, en todas las distancias.