Correr mejora la creatividad por Aimee Verdisco

Este post examina la relación entre el ejercicio y la función ejecutiva. Las funciones ejecutivas son las que le permiten concentrarse, mantener la concentración y pensar, en lugar de actuar por impulso. Son procesos más altos que regulan la conducta dirigida a objetivos. Las funciones ejecutivas centrales incluyen la inhibición (el autocontrol y la autorregulación), la memoria de trabajo (capacidad de almacenar temporalmente y gestionar la información para enfrentar los desafíos mentales), y el control cognitivo y la flexibilidad (capacidad de restructurar el conocimiento y la información basada en las demandas situacionales cambiantes).

Las funciones ejecutivas subyacen en la creatividad y la disciplina, y son necesarias para tener un buen desempeño en la escuela y la vida. Las investigaciones han encontrado que, después de controlar los aspectos socioeconómicos, de género y el coeficiente intelectual, los niños con menos persistencia, mayor impulsividad y escasa regulación de la atención a las edades de 3 a 11 años tienden a tener peor salud, ganan menos, y cometen más crímenes 30 años más tarde que los niños con un mejor autocontrol medido al mismo tiempo. La función ejecutiva tiende a ser más importante para la preparación escolar que el coeficiente intelectual, y puede predecir las matemáticas y la capacidad de lectura en toda la escuela.

El Laboratorio de Kinesiología Neurocognitivo de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, una innovadora iniciativa que estudia la relación entre actividad física y la salud cognitiva a través de la vida, ha desarrollado una serie de estudios interesantes en este sentido. El mensaje principal que emerge de su investigación es que la actividad física y aeróbica es buena para el funcionamiento del cerebro en todas las edades.

En la medida en que los niños se conviertan en adultos, su funcionamiento ejecutivo también madurará. Sin embargo, las primeras experiencias en la vida pueden tener consecuencias a largo plazo, siendo el fracaso en la escuela una de las claves entre ellas. En este sentido, los resultados y conclusiones reportados para niños y niñas son de particular interés. Ellos sugieren:

  • Correr, más que la educación física estándar, en los niños y niñas entre 8 y 12 años de edad. Esto es corroborado por otros estudios, que encuentran que el ejercicio aeróbico más intenso (por ejemplo, correr de 20 a 40 minutos, saltar la cuerda, fútbol) conduce a una mejora en las tareas de matemáticas y de difícil funcionamiento ejecutivo.
  • Los niños que no están en buena condición física tienen más dificultades que los niños con mayor acondicionamiento aeróbico en el uso del control ejecutivo y los procesos relacionales de memoria.
  • Los niños con condición física más baja muestran una disminución en el control inhibidor.
  • Existe una asociación positiva entre la condición aeróbica y el control cognitivo en los niños y niñas. Dos sub-procesos de control cognitivo, la inhibición y la memoria de trabajo, están asociados con el logro de las matemáticas y la lectura.
  • La actividad física y el aumento de la capacidad aeróbica mejora la estructura y función del cerebro (evidenciado por las tecnologías de resonancia magnética).
  • La poca capacidad aeróbica está asociada con fallas en los procesos de atención, que pueden estar relacionadas con el rendimiento académico.

La actividad física y la capacidad aeróbica juegan un papel fundamental en la maximización de la función cerebral subyacente necesaria para el éxito escolar desde una edad temprana en adelante. El efecto parece mantenerse durante toda la vida. Las nuevas investigaciones encontraron que el ejercicio mejora la memoria y el rendimiento de trabajo especializado en adultos mayores. Aunque no hay datos de panel a largo plazo, se observaron ciertas relaciones entre los niveles de capacidad y el funcionamiento del cerebro tanto en niños como en adultos. Por ejemplo, la asociación entre los niños con mala condición física y la disminución en la exactitud de la respuesta al realizar tareas específicas y su corolario, con niños de mayor condición física capaces de mantener un alto nivel de rendimiento a través de demandas de tareas específicas y variables. Lo mismo se ha observado en los adultos.

Después de haber trabajado durante años en el desarrollo infantil temprano (DIT), me acuerdo de los hallazgos de las brechas en los logros educativos observados desde el inicio que tienden a ser exacerbados con el tiempo, y que los programas de DIT de calidad pueden ayudar a mitigar y cerrar estas brechas, así como mejorar el rendimiento académico y los resultados de la vida. Los hallazgos sobre el ejercicio y el funcionamiento del cerebro parecen ofrecer una perspectiva adicional. A medida que los niños y niñas progresan en la escuelasus niveles de actividad física tienden a disminuir. Ellos sevuelven cada vez más sedentarios, incluso obesos. Esto, a su vez, no sóloinfluye en la salud física, sino también en la salud cognitiva y el funcionamiento del cerebro también. El ejercicio debe incorporarse explícitamente en las estrategias de desarrollo para los niños, comenzandotan pronto como sea posible. La actividad física y aeróbica es un componente integral en el DIT y en la educación de calidad. El resultado finallos niños con mejor condición física aprenden mejor. Procure que los niños se ejerciten desde una edad temprana y manténgalos activos a lo largo de sus vidas.

Link a la nota original: http://blogs.iadb.org/educacion/2012/02/14/deportes-y-educacion/