Entrevista a Antonio Silio

Antonio Silio es una leyenda viviente del atletismo argentino. Aun detenta un número increíble de récords en distancias que van los 5000 mts al maratón y sigue vinculado con el running tanto en España como en Argentina. Lo entrevisté a propósito de su trabajo junto a la Fundación Ñandú con respecto a la organización del primer maratón de Córdoba que se realizará el domingo 3 de mayo del 2015.

 

Cuando entrenamos en Palermo frente a la avenida Alcorta nuestro entrenador Marcelo Perotti nos dice “Este es el circuito en el que entrenaba Antonio Silio cuando vino a Buenos Aires…”

Sí, es así, yo soy del interior. Cuando vine de Nogoyá, Entre Ríos. Era muy distinto el lugar, pero sí, entrenábamos ahí, en Palermo. Estamos hablando de 1983, 1984…

Estaban ustedes solos…

Sí, una carrera de 10 Km juntaba más o menos 150 corredores. Nos trataban de locos a los que corríamos en calle en aquella época. Sin duda las cosas han cambiado para bien, la gente hace más deporte. Es muy lindo ver cómo ha crecido el running en el mundo, convocando a miles y miles de corredores en cada carrera.

Vos siempre apuntaste al profesionalismo, a correr de forma competitiva.

Sí, yo empecé a correr en la Escuela técnica en Entre Ríos casi de casualidad, a las pocas semanas ya estaba compitiendo en los campeonatos nacionales de menores de quince y dieciséis años. Fui campeón nacional de 3000 mts y ahí ya me tuve que decidir entre el fútbol y el atletismo.

¿Te gustaba jugar al fútbol?

Me gustaba y me gusta. Ahora juego poco, pero juego. En aquel momento lo tuve que dejar por el riesgo a lesionarme y no poder correr. Tenía que cuidarme las piernas, mi herramienta de trabajo.

¿Y cómo fue que empezaste a correr casi de casualidad?

Al profesor que nos daba clase de educación física le gustaba el atletismo. Yo no sabía lo que era correr, pero él me inscribió en una carrera de 1500 mts y ahí fue el punto de partida. Me metí en el atletismo, aunque me costó decidirme al principio. Pero cuando vi las condiciones que tenía o que podía abrirme camino por ahí, no lo pensé más. Uno tiene que aprovechar las condiciones naturales que tiene, el don que a uno le ha dado Dios para practicar un deporte puntualmente.

¿Y lo disfrutabas?

Eh… bueno, me costaba un poco. Yo no soy una persona metódica, yo soy muy anárquico. Incluso para la comida, yo no era una persona ordenada. Pero se me daba naturalmente. No estaba obsesionado con el entrenamiento, dormía muy bien, descansaba bien. Estaba relajado, incluso cuando competía.

¿Y eso fue cambiando con el tiempo?

Sí, fue cambiando. Me hicieron cambiar. Yo siempre digo que tuve un grupo muy bueno. Un entrenador excelente, Manuel Olivera, de los Ñandúes, que falleció hace poco. Un compañero de equipo, Marcelo Cascabelo, muy pero muy profesional. El me llevaba todos los días, me empujaba para entrenar de manera constante y gracias a ellos pude mejorar. Supe aprovechar de ellos y de los demás compañeros de equipo lo mejor.

Fuiste mejorando hasta… ¿Cuántos récords tenés?

Llegué a tener el récord de 3000 mts con 7.50. Récord al aire libre y en pista cubierta. El récord de 2000 mts también. El récord de los 5000 mts con 13.19 que lo hice en Roma en 1990. El de 10000 de pista en la Golden League, en Bruselas, con 27.38, el de 10000 de ruta también, con 27.52, que lo hice en Copenhague, Dinamarca. Ahí le gané por una décima al campeón del mundo. Ese récord es hasta el día de hoy récord sudamericano. Después récord de 21 Km, de 25 Km, de 30 Km… Media maratón mi récord es de 1.00.45 que fue tercera mejor marca del mundo de todos los tiempos en aquel momento. Récord también en los 42 Km. En 1995 cuando hice en Hamburgo 2.09.57 fue la quinta mejor marca del mundo en ese año. Este año se cumplen 20 años de haber batido el récord de ese maratón. Y debido ha eso me han invitado en Hamburgo a ir, como un homenaje.

¿Vas a ir?

Es a la semana siguiente del maratón de Córdoba, pero sí, claro, me gustaría ir y decir presente porque es un reconocimiento muy lindo. Haber ganado, haber hecho récord y que me tengan en cuenta en un país como Alemania me da mucha alegría.

Tus récords son impresionantes, sin duda. De todas las distancias que corriste, ¿Cuál es tu favorita?

Me sientan muy bien los 10 Km y los 21 Km. Los 42 Km me quedaban un poco largos. Lograba el objetivo pero no llegaba a tomarle nunca la medida exacta. A veces me acalambraba, por ejemplo. Hice mi mejor maratón cuando debuté, en Hamburgo.

Un poco la mano le agarraste…

Sí, ahí sí, pero después me costó. Fui invitado al Maratón de Nueva York, apuntaba a récord, con 2 hs 7 minutos, 2 horas 8… pero me quedaba un poco antes de llegar. Ahí llegué en el puesto 24. Lo que yo tenía es que nunca especulaba con los ritmos. Salía con los demás, si aguantaba bien, y si no aguantaba, mala suerte.

Esa es una diferencia entre el amateur y el profesional. El profesional sale a matar o morir.

Claro, es así.

Hoy aumentó muchísimo el número de corredores aficionados. Aumentó muchísimo, se pasó de poco más de cien por carrera a miles y miles. Pero la elite no aumentó.

No, incluso se ha reducido. Se ha estancado. Las marcas no han mejorado.

Es decir que el aumento del número de corredores aficionados no implica mejora en el profesionalismo.

No, claro, para nada. Es que aquel corredor de elite que bajaba las marcas, solía salir del entrenamiento en las pistas. Hoy se ha descuidado mucho ese aspecto.

Se compite mucho en calle hoy.

Sí, se compite mucho en calle, hay carreras todos los fines de semana. Se ha perdido la planificación. Nosotros antes entrenábamos tres o cuatro meses antes de correr una carrera de 10 Km previamente planificada. Hoy no hay pretemporada. Se sostienen con las carreras que van haciendo mes tras mes. Y en el maratón ocurre algo parecido.

¿Creés que de la mano de un entrenador como Leonardo Malgor puede venir una nueva generación de corredores de elite?

Sí, yo creo que él es el que trabaja más parecido a como se tiene que trabajar profesionalmente. Pasar seriamente por la etapa de la pista para recién después volcarlo a la carrera de calle. Si uno no pasa por la pista nunca se va a llegar al máximo. Por eso nuestros tiempos se han distanciado tanto de los récords actuales.

¿Creés que esto puede cambiar si se busca a los corredores desde la escuela?

Sí, eso creo yo. Así me pasó a mí. Entre los quince y los dieciséis se puede explotar y aprovechar mucho las posibilidades de un corredor para sacar lo mejor de él. Yo nunca fui un atleta rápido, pero al arrancar bien joven pude fortalecer muchísimo la resistencia. Muchas pasadas cortas en la pista me hicieron resiste y fuerte en las carreras más largas. Eso requiere muchos años de entrenamiento, para asimilarlo y luego volcarlo en las carreras. Te prepara física y mentalmente. La pista te prepara. Pasar cada vuelta en un tiempo exacto te ayuda mucho más. Al entrenar en parques o bosques uno se deja llevar y pierde ese rigor. No se sufre tanto, se distrae. Pero hablamos de profesionales. Los amateurs claramente pueden disfrutar de correr de otra manera.

En mi corta experiencia como corredor he visto un fenómeno muy particular. Los amateurs siguen corriendo con el paso de los años y los profesionales dejan de hacer en un porcentaje mayor. Como si se hubiera saturado.

Suele pasar, es muy común. Pero cuando uno ha llegado a un nivel alto, cuando lo ha dado todo para llegar eso, el cuerpo recibe otro impacto. A ese nivel no es tan saludable en lo físico y lo mental correr. Pero no hay que dejar de hacerlo. A nivel personal yo siempre he tratado de seguir corriendo, de seguir disfrutando. Participo de carreras, solo para disfrutar. Lo tomo desde otro lugar.

Fue muy emocionante verte en la llegada dándonos las medallas en el Maratón de Buenos Aires 2014. Vos seguís ligado a las carreras. Estás conectado con el running, estás con la Fundación Nandú, por ejemplo.

Sí, estar con la fundación Ñandú es muy importante para mí, formar parte del primer maratón de Córdoba es muy emocionante. Uno como corredor y como organizador, hace todo lo posible para que el maratón salga lo mejor posible, quiere ver la felicidad de los corredores que han podido disfrutar al máximo de un evento deportivo. Me hace feliz estar apoyando al deporte, al atletismo, pensar que en el futuro los chicos de hoy puedan convertirse en el próximo atleta de elite.

Tal vez la multiplicación del amateurismo no ayude directamente a la elite, pero al ser más visible el running tal vez algunos chicos sientan ganas de hacer atletismo.

Sí, lo importante es que puedan encontrar un buen entrenador, que tengan una buena guía. En otros países los prueban en diferentes deportes y los guían hacia aquellos que tienen más capacidades y más futuro. Aunque no sea el deporte que más les gusta, puede que sea el deporte en el cual puedan destacarse mucho más.

Con respecto al maratón de Córdoba, que en mayo tendrá su primera edición, la Fundación Ñandú y vos apuntan a una carrera realmente sea para los corredores, que esté bien organizada a todo nivel.

Sí, tanto para la Fundación como para mí, esto es lo primordial. Qué el corredor se vaya contento, satisfecho. Buena hidratación en la carrera, buena medición del circuito, gran expo maratón. Eso es lo que permite que una carrera crezca, que el boca a boca multiplique el número año tras año.

¿Y que haya a la vez 10 Km es para que pueda acercarse más gente y conocer, verdad?

Sí, empezar así, con las dos distancias juntas es lo que permite que más gente vea cómo funciona todo. Luego, más adelante, se las puede separar y dejar el gran evento que es el maratón. Pero cuando un maratón nace está bien hacer convivir ambas distancias. En tres o cuatro años se las puede separar en las fechas.

En todo el país se corre, es normal que se sumen otras carreras.

Yo vengo de una familia humilde. Me costaba conseguir el dinero para competir, yo he ido a carreras donde competía a dedo, porque no podía pagarme el pasaje. Y entonces sé que un corredor de Salta, por ejemplo, tal vez no tiene la plata para llegar hasta Buenos Aires y vivir un fin de semana acá para formar parte del maratón. Significa demasiado sacrificio que no siempre pueden afrontar. Entonces Córdoba es una excelente opción, porque está en el medio del país.

Y es otra fecha en el calendario.

Buenos Aires, Córdoba, Rosario, son ciudades grandes de Argentina y como ha crecido tanto el running es natural que crezcan y tengan maratón, media maratón y otras carreras. La fecha está especialmente elegida. Y que no sufra ni el calor ni el frío.

En Buenos Aires suele hacer calor para el maratón…

Es razonable que por la fecha haya calor eventualmente, este último año fue la prueba. El atleta tiene que poder correr bien. Hay que llegar bien. A mí me interesa que aquel que se enfrenta al maratón lo haga bien preparado, que no se enfrente a una gran frustración, que pueda practicar deporte muchos años. Correr 42 Km no es fácil, así que hay que tomarse un buen tiempo para debutar en esa distancia, para poder correrla durante muchos más años. El running es una forma de vida y no hay que olvidarse de disfrutarla. En eso estamos pensando con el maratón de Córdoba que presentamos para este año. Carlos Sáez ha sido para mí el que redescubrió e hizo renacer el maratón de Buenos Aires, estando él organizando el maratón de Córdoba nos da muchas esperanzas hacia el futuro. Que los corredores tengan una nueva fecha para elegir, que se sume a las que ya existen.