En su fecha tradicional del 25 de mayo, se corrieron este domingo las Fiestas Mayas. Haciendo honor a su nombre la carrera fue realmente una fiesta. El clima estuvo perfecto. Con un poco de frío en la largada y luego más bien templado. Con un sol a pleno, asomando como la canción patria lo dice, que acompañó a miles de corredores. Debido al excelente clima y a que no hubo viento, realmente fue un gran día para mejorar las marcas. Y así fue para muchos. En lo personal, la carrera fue para mí una gran alegría porque fui de pacer (o de liebre, como se dice en castellano al que marca un ritmo) de mi amiga Claudia Lang, junto con la ayuda de otra amiga, Roxy Lescano. Logramos bajar seis minutos la mejor marca de Claudia, por lo cual llegamos a la meta emocionados. Muchas veces por nuestro calendario de carreras nos quedamos afuera de estas carreras y es una pena, porque es hermoso participar. Así que ser pacer es una excelente opción para compartir no solo una búsqueda de mejor marca personal sino también una carrera con gente muy querida y con la cual no siempre se puede correr. Ver la carrera desde otro lugar permite observar la lucha, el coraje y las ganas de muchos más corredores. No fui el único que acompañó, vi a muchos otros que también lo hicieron. Y por supuesto también vi muchos que yendo a su máximo, se acompañaban o se dejaban llevar por alguien con velocidad suficiente para obtener el ritmo inicial que buscaban. Lo que sí unía a todos era la alegría. Insisto en que el clima era excelente y eso permitió que todos pudieran disfrutar al máximo el estar al aire libre. Para ganar, para bajar los tiempos, para mantener los tiempos. Algunos sueñan con un sub 40, otros con un sub 50, algunos con llegar enteros. Pero todos, todos, estaban felices. Esta carrera de 10 Km representó el espíritu más genuino del running. Los miles de amateurs que todas las semanas salimos a correr. Nos gusta correr, amamos correr, y cada vez somos más.