IF I HAD WINGS (Canadá, 2013) dirigida por Allan Harmon, con Richard Harmon, Jaren Brandt Bartlett, Craig Berko, Jill Hennessy, Jessica Harmon.
Esta pequeña película canadiense, estrenada directamente en DVD o cable en varios países y disponible en Netflix aborda a su manera un tema interesante dentro del mundo del running: los corredores no videntes. No estamos frente a un riguroso título documental ni a un film que busque ser realista, pero sí frente a una historia motivadora, cuyo principal interés es el de vencer los prejuicios. En el libro Atletismo adaptado, de Miguel Angel Torralba Jordán, el autor describe el beneficio del atletismo en las personas ciegas. Torralba Jordán escribe “Uno de los valores fundamentales dentro del ámbito social es sin duda la integración. A través de ella consigue la aceptación y respeto de la diversidad física, y se incrementa la relación y comunicación con otros grupos, así como otros atletas y organismos deportivos”. No hay duda alguna de que el director lo que buscaba era reflexionar sobre el deporte como una manera de integración, no solo de las personas ciegas, sino de todo aquel que no se ha integrado en la sociedad. Por eso no es casual el dúo protagónico elegido.
Alex Taylor (Richard Harmon) es un adolescente ciego que ama correr. Su deseo es formar parte del equipo de cross country de su secundaria, pero no tiene quien pueda correr a su velocidad para ser su guía. Geoff Taylor (Craig Berko), el padre de Alex, es un oficial de libertad condicional que tiene a su cargo cuidar el comportamiento de otro adolescente. Brad Coleman (Jaren Brandt Barlett) es ese adolescente, también estudiante, pero con problemas de conducta y antecedentes por pequeños robos. Alex y Brad sufren la discriminación de sus padres y Geoff cree que podrían correr juntos, porque Brad es también un gran corredor, aunque no forma parte del equipo.
If I Had Wings es un film muy simple, con un humor efectivo aunque también muy sencillo, y con una emoción básica para llegar al espectador. Los actores, salvo algunos secundarios, son de segundo nivel y eso se nota en las escenas. También está claro que se fuerzan demasiado las cosas para lograr el resultado dramático. No hay realismo en la película, pero sí la idea de vencer los prejuicios y las barreras de la vida. Y claro que no hay exageración en decir que alguien puede correr siendo ciego. Entre los muchos ejemplos posibles de los que hemos sido testigos en las carreras, podría citar el de Martin Kremenchuzky, que en junio pasado se convirtió en el primer argentino no vidente en terminar un Ironman. El, junto a su entrenador Abayubá Rodriguez, completó el Ironman de Florianópolis, Brasil. Quisiera terminar esta breve crónica con las palabras de Martin publicada en la web Atletas: “Por haber aparecido en mi camino hace casi 3 años; por habértela jugado por mí; por haberme ayudado y apoyado; por haberme convertido en un triatleta y por haberme ayudado a cumplir este sueño increíble lo único que puedo decirte es MUCHÍSIMAS GRACIAS ABA”. Esas palabras podrían formar parte de If I Have Wings.