Juego limpio – Fair play

JUEGO LIMPIO – FAIR PLAY (Fair Play, República Checa, 2014) dirigida por Andrea Sedlácková, con Judit Bárdos, Anna Geislerová, Vlastina Svátková, Eva Josefíková.

El deporte es salud es una frase que hemos escuchado miles de veces. Pero también sabemos que el deporte del alto rendimiento suele estar bastante lejos de una vida saludable para sus atletas. No todos los deportes, no todos los atletas, no todas las épocas, pero sí, claramente, hay muchos ejemplos de cómo el deporte de elite suele destruir la salud de los deportistas. Anna es una joven deportista checa que está siendo entrenada para competir en los Juegos Olímpicos de Los Angeles de 1984. Son los últimos nefastos años del comunismo en Checoslovaquia.  El interés por obtener medallas olímpicas lleva al estado a intentar mejorar a una atleta a través de medios ilegales con sustancias prohibidas. El estado a través de su organismo deportivo, el entrenador e incluso la madre de Anna son cómplices del delito. Cada uno tiene sus motivos, cada uno sus excusas, pero quien pondrá el cuerpo y sufrirá los riesgos es la joven deportista. Sin duda la película, clásica, directa, apuesta a una denuncia contra el régimen comunista y por extensión a todos los manejos oscuros alrededor del deporte de elite. La madre de la protagonista es una ex deportista que ahora vive limpiando casas. Su figura representa la de muchas personalidades del deporte que fueron castigados por no estar completamente alineados con el régimen comunista. Hasta el mismísimo Emil Zatopek, la locomotora humana, fue barrendero luego de sus legendarias hazañas deportivas y sus medallas en los Juegos Olímpicos. Un buen complemento para esta película es justamente la biografía novelada sobre Zatopek que escribió Jean Echonoz con el título de Correr. La descripción del deporte de elite está bien captada en Juego limpio a pesar de ser una producción bastante humilde, y también es un excelente registro de la época. Quienes amen el atletismo disfrutarán de la manera en que está tratado y quienes busquen una denuncia política también tendrán material de interés. La película sin duda alguna vale la pena en ambos aspectos. Al final de Fair Play Anna vuelve a ser Anna, el placer de correr vuelve a aparecer, el gobierno no ha logrado quebrar su placer por el deporte, ella corre, libre, el comunismo está llegando a su fin, vuelve la libertad. Fuera de la competencia feroz, ella se vuelve a encontrar a ella misma.